DIETA BOLENA | "Un millón de millones"

Comienza una nueva semana. El primer lunes de Marzo. Parece el momento idóneo para tirarnos de cabeza hacia el mundo de las acelgas y la proteína sin grasa. 

Después de un viaje de casi 4 horas en coche, he pensado mucho sobre este tema. No ha sido el único momento... desde hace semanas no paro de darle vueltas a la siguiente pregunta: ¿por qué no soy capaz?.

Hace un par de años por estas fechas, estaba a punto de cumplir 30 años. En aquel momento, decidí que el mismo día que entrara en la treintena cambiaría mi vida por completo. No sé vosotros, pero yo soy de esas personas que se marcan "fechas", "metas", "objetivos". Así que dejé de fumar, comencé a hacer ejercicio y me empapé la "dieta Dukan" como si no hubiera un mañana...

3 meses más tarde con 10 kilos menos y la cara como un puerro, me sorprendí a mí misma llorando porque quería un cigarro. Cuán disgustada me vería mi chico, que sabiendo que llevaba 3 meses sin nicotina y sin un ápice de "mono", encontró una cajetilla escondida por casa y me lo dio. Os seré sincera: me supo a "mierda" y a la vez a gloria bendita.

Sin embargo me di cuenta de una cosa importante: no era feliz. Estaba luchando conmigo misma, no por el tabaco y la dieta en concreto, sino por todo en general. Yo era a la vez "vencedor" y "vencido". Me había quitado de todo lo que me gustaba y me preguntaba por qué era tan mala conmigo misma.

"Esto es una tortura", pensé. Y sin embargo seguí adelante. Cuando llevaba -18 kilos después de muuuchos meses corriendo por el Retiro como si me estuviera preparando las oposiciones para Bombera, pensaba que lo había conseguido. Me fui de vacaciones, cogí un par de kilos o 4 y al llegar de nuevo a Madrid, retomé mi dieta, bajé esos 4 kilos y apurando, conseguí bajar 2 más. 

Rozando los 59, me diagnosticaron el bulto gigante en el útero y en ese mismo instante supe que ya tenía la excusa perfecta para relajarme poco a poco. 9 meses más tarde, los mismos que había empleado en adelgazar casi 20 kilos, volvía a estar en el punto de partida.

Pero no me di por vencida. Planteé una nueva fecha, un nuevo reto, otra meta que cumplir. Retomé la dieta, esta vez de una forma un tanto menos "dukaniana". Salí a caminar, después a correr y en uno de esos "sprints" que tanto le gustan hacer a mi chico porque dice que es ahí donde lo quemas todo pensé: "¿pero cómo he vuelto yo a esto?".

En esta ocasión, pasados los 4 o 5 meses llevaba -12 kgs y parecía que el agua volvía a su cauce, sin embargo un nuevo problema personal, un cambio laboral importante y el "ansia viva" de querer ser perfecta en todo me abocaron de nuevo a mi peso inicial.

Como consecuencia:

- He llegado a dudar que yo alguna vez vuelva a ser delgada.

- No puedo oler el pavo ni a kilómetros.

- Sólo pensar en la nueva temporada de running me echo a temblar.

Siempre he pensado que todo esto me ocurría por no conseguir llegar nunca a los 53-54 kgs que debería pesar por mi altura. Yo misma he sacado la conclusión de que cuando estás "estupenda" y coges un par de kilos, te cuesta muy poco perderlos porque qué son 2 semanas de sacrificio comparado con meses y meses de tortuosa comida a la plancha, sin sal y con las "nike" esperando en la puerta.

De ahí que me plantee objetivos ambiciosos: -25 kgs en 9 o 10 meses.... jajajajajaja ¡si es que tiene tela! Y lo peor es que cuando a mí se me mete algo entre ceja y ceja, soy implacable, soy sacrificada, soy perfeccionista. Como en el trabajo.

- Pero una se harta de vivir permanentemente en esa cárcel.

- Siempre sale la típica cámara de fotos que junto con tu cerebro envenenado gritan al unísono: "uyyyy cuánto te quedaaaa aúnnnnnn!!!".

- Sabes que puedes rendirte y que no serás lo suficientemente fuerte para mantener la situación. Y entonces tú misma decides castigarte: castigarte con un atracón obviamente.

El maldito atracón del "vencido" que se cree vencedor, no es un premio. Es una puñetera manzana envenenada. ¿Por qué? Porque al día siguiente te arrepientes y corres a la báscula esperando no haberla liado mucho. ¿Cómo vas a haber estropeado una dieta de meses por un atracón? ¡Es imposible! Pero tu culpabilidad y esa puñetera casualidad que hacen que el día que te subes a la máquina del infierno sea justo cuando estás ovulando y retienes 2 litros de líquido hacen que parezca que una cena hipercalórica de una sola noche hayan conseguido estropear todo el trabajo de meses. Y te hundes. A ti (a mí) que nos falta poco para que de buenas a primeras lo mandemos todo a tomar por saco.

Y es que empiezo a entender dónde está el fallo.

Para empezar, en el título: DIETA.

Es una palabra horrible que pienso desterrar de mi vida nada más poner el punto y final a este post. A partir de ahora lo llamaremos "me quiero un millón de millones y no me pienso hacer sufrir ni una pizquita". Vale es un poco largo, quizá tengamos que buscar un sinónimo, pero el significado ha de ser ese.

¿Y en qué consiste esta nueva filosofía? Pues principalmente en que en esta guerra no puede haber vencedores y vencidos porque se trata de nosotros mismos... y yo "paso" de seguir martirizándome bajo el yugo de la perfección.

¿Si durante meses no he sido capaz de llevar una vida sana, cómo pretendo cambiarlo de la noche a la mañana? Es imposible. Así que el primer fallo es ese, el famoso: "mañana me pongo en serio". Yo sé que sería capaz de aguantar meses, leyendo vuestros comentarios sé que algunas de vosotras hacéis esto cada lunes y cada jueves lo dais por perdido. Y es que yo creo que nos exigimos demasiado como punto de partida. Es como el que juega a la lotería y quiere ser millonario ese mismo viernes en lugar de decidir meter esos 4 € semanales y vaciar la hucha pasado un año. Seguro que tenemos más que si seguimos esperando a los malditos Euromillones.

Así que yo por primera vez en mi vida, he decidido planteármelo de manera diferente.

Cada semana será un reto, pero un reto asequible. Que conlleve un cierto sacrificio, obvio. Pero no algo que nos haga infelices.

Además no podemos negarnos los premios. Los premios son necesarios. Motivan. ¿Pero de verdad que no somos capaces de encontrar un momento de "subidón" más allá de una bolsa de "risketos"?. Yo al menos pienso intentarlo.

Empezaré mi plan dividiéndolo en tres partes:

a.- Comida y ejercicio.

b.- Nuevos hábitos.

c.- Premios.

En el apartado primero, mi semana se resumirá en lo siguiente:

1.- 5 de los 7 días de esta semana mi cena consistirá en lácteos con cereales y fruta.

2.- 3 de las 7 comidas se basarán en proteína con verdurita.

3.- Elegiré 2 noches en las que salir a dar un paseo de 20 minutitos para despejar un poco la cabeza.

Respecto a los "nuevos hábitos" mis primeros propósitos no son ambiciosos:

1.- De lunes a viernes procuraré comer de 2 a 3 de la tarde, pase lo que pase (ya sé que esto suena gracioso, lo es; pero soy de esas personas incapaces de dejar un "mail" pendiente en la bandeja de entrada aunque eso suponga empalmar la comida con la merienda porque todos sabemos que detrás de un mail llega otro y otro y otro...).

2.- Me pesaré hoy lunes por la mañana; lo anotaré para tener un "punto de referencia" y me olvidaré por completo de volver a hacerlo hasta la semana que viene.

Y por último el tema de los premios, no menos importante.

1.- El miércoles es mi cumpleaños y no seré yo quien diga "no" a una cenita romántica con el consorte.

2.- El sábado lo celebraré con la familia y disfrutaré de los "platillos deliciosos" de mi madre; sin remordimientos. 

3.- Esta semana voy a la pelu de al lado, que por 9,95 € te dejan la melena monísima con esas Ghds que no tengo. Y además ¡mascarilla facial!.

¿Qué debo esperar después de una semana bajo esta iniciativa?

1.- No adelgazar ni un gramo o al menos nunca más de medio kilo. Cuento con ello.

2.- Haber sido capaz de controlar las cenas, los horarios y mover un mínimo el esqueleto.

3.- No almacenar ni un ápice de remordimiento porque las celebraciones forman parte de nuestra vida y no podemos obviarlas. Sin embargo, para eso he elegido 3 días de comida sanota y a su hora.

¿Cuál es la finalidad última de esta primera toma de conciencia?

- Animarme. Romper la barrera entre lo posible y lo imposible. Subir mi autoestima. Dar el primer pasito hacia esa nueva etapa llamada "quererme un millón de millones".

Si esto coge forma, cada semana/quincena (RECTIFICO: "cuando esto coja forma, porque la cogerá") lo enfocaré de una manera diferente. Seguro que cuando me vaya viendo más motivada y capaz, no me importará introducir un par de paseos más, incluso más largos... Quizás hasta me pueda plantear una semana de "no dieta" más estricta. Puede que incluso pida ayuda a un profesional. No descarto tampoco introducir buenas sesiones de aparatología tales como presoterapia o drenaje ¡¡eso sí que son buenos premios!!. Pero de momento, mi primer propósito: UNA SEMANA. Y para ello, me he dibujado esta bonita tabla a lo "supernanny" que pienso poner en mi nevera:

¿Qué os parece mi plan?

Hermanas Bolena... No dudéis en descargar la tabla si os sirve. Pronto os cuento cómo fue la cosa, os enseño mi tabla de nuevo y sacamos conclusiones.