¡500!

¡Buenos días a todos!

Que mejor que un lunes para abrir las ventanas de par en par y gritar a los 4 vientos: "¡llevamos 500 posts!". Ahí es nada.

A punto de cumplir los 2 años del blog y con Hermanas Bolena "patas arriba" el panel de control de blogger nos sorprende con esta cifra.

Y yo, que era una piscis "poco constante" en mi vida, que todo lo que empezaba lo acababa abandonando por puro aburrimiento, me sorprendo a mí misma después de 500 publicaciones y con el mismo "mono" de blog que el primer día. Creo que empiezo a encontrar mi hueco ;)

Hace 2 años por estas fechas tuve la "brillante" idea (juas juas) de llamar a mi hermana María y decirla: tenemos que hacer algo con nuestras vidas. Algo que nos aporte un mínimo de creatividad, lejos del "tengo que trabajar por obligación". Un desahogo. Una vía de escape.

Desde pequeñas las 3 nos hemos caracterizado por disfrutar haciendo cosas con estas manitas. Qué frase más poco políticamente correcta. Menos mal que me consta que no tenéis la mente sucia.

Cada una a su estilo:

- María con 15 años ya customizaba sus bailarinas con brillitos y tachuelas.

- Margot cogía las acuarelas y lo mismo te hacía una postal de flores que una ilustración de moda.

- Yo siempre quise fabricar con mis manos una máquina de caramelos que estuviera llena de rampas y trampolines y en la que vieras el recorrido del caramelo rodando durante un minuto, hasta que llegara a tus manos. Vaya ingeniera en potencia.

Con 10 años odiaba tanto la asignatura de plástica que la Reina Madre tuvo que sacarme más de una vez de un apuro coloreando mis láminas. Colorear me parecía una pérdida de tiempo alucinante. Un dibujo que no era tuyo y horas para rellenarlo de plastidecor. Nunca quedaba perfecto, ya no te digo si era con rotuladores, esas rayas malditas que delataban que habías empezado con muchas ganas y habías terminado hasta el mismísimo moño.

Con 14 años descubrí el horrible mundo de los rotrings y la cuchilla para raspar cuando se te corría una línea, es decir, siempre. Ahí fue el padre boleno el que me sacó de los atascos.

Tres años después amaba los rotrings, adoraba hacer puntillismo, sistema diédrico, piezas en 3D. Dibujo era la única asignatura en la que pasaba los apuntes a limpio. Mejor dicho, "a pulcro". 

Llegó "Selectividad" y cuando tuve el examen delante, lo gocé. Media hora después, cogí el examen de mi compañero de delante y lo volví a gozar. Me marqué un 2x1 en toda regla, un 10 para cada uno. Yo entré en "Arquitortura" Superior y él en aparejadores.

Él duró un par de años y escapó como las liebres.

Yo aguanté muchos más y no me hizo falta llegar a 5º para saber desde mucho antes que odiaba esa maldita carrera sin creatividad ninguna. Dejando a parte los 6 años que estuve estudiando asignaturas ingenieriles como física, álgreba, cálculo, estructuras, construcción o materiales... tampoco creáis que había mucho más donde elegir. Las asignaturas de "proyectos" se supone que eran aquellas por las que habías escogido dicha carrera. Luego, cuando llevabas un par de años, te dabas cuenta de que lo que realmente estabas aprendiendo, era a ser UN ESCLAVO al servicio del profesor de turno.

¿Que al susodicho le gustaban las "casas cubo"? tú hacías casas cubo.

¿Que para aprobar tenías que diseñar un estudio de música en la luna? estudio en la luna que te crió.

¿Mejor una biblioteca enterrada en el suelo? ¡dadme una pala!.


Parece que bromeo, pero no. Yo hice casas cubo, estudios de música en la luna y bibliotecas enterradas. Lo juro.

De lo único que no fui capaz fue de HACER LA PELOTA a lo bestia como exigían los cánones. Además, no nos engañemos. Al menos cuando yo estudiaba, lo tenías muuucho más fácil si eras chico. Bueno, o si eras chica con mini falda y no te importaba enseñarle al profesor tus trabajos sentada encima de su mesa. Esto también es fuerte, pero es otra verdad como un templo.

¡Y yo sin minifaldas! jajajajajajajaja...


A lo que vamos. Allí no te preparaban para tener "un pensamiento y creatividad libres". Te educaban para seguir siendo sus discípulos. Se llenaban la boca hablando de sus propios proyectos para que tú tuvieras en ellos un referente brutal, un Dios al que adorar.

Pasé unos años chungos, para qué negarlo. Empalmábamos un día con otro como si aquello fuera normal. La gente de mi entorno se consolaba con la idea de que algún día aquel esfuerzo tan bestia habría merecido la pena. De todos ellos, creo que el 90% siguen siendo becarios a día de hoy (eso con suerte) y mira que lo siento por ellos porque las cosas en ese sector cada vez pintan peor.

No todo el mundo es creativo. Eso no es ningún pecado.

Pero si algo tengo claro es que si lo eres y no lo sacas por algún lado, sólo te quedan dos opciones:

- ¡Reventar!

- Morir lentamente como el peor de los cánceres.

Yo reventé alguna que otra vez y seguro que algunos meses estuve muerta, o con encefalograma plano.

Suelo ser exigente y perfeccionista conmigo misma, pero ha llegado el momento de darme las gracias a mí misma por haber tenido un par de ovarios y no haberme rendido, con la de ocasiones que me ha dado la vida. Este blog empezó como una vía de escape y 500 entradas después es MI MODO DE VIDA y ahora también el de Margot.

No sé si se puede decir que "vivimos de ello" porque nuestros sueldos juntos rozan el mileurismo de momento. Lo que sí sé, es que no hacemos otra cosa que no tenga que ver con Hermanas Bolena. Dibujamos, diseñamos, estampamos, cosemos, recortamos, empaquetamos y enviamos. Así un día detrás de otro. Hemos pasado de 1 pedido al mes, a 1 pedido a la semana, a 5 pedidos diarios.

Con un par.Y un blog del que a veces renegamos (suele ser en horario laboral a las 2 de la mañana, o en festivos a las 9, cuando no tenemos preparado el post que toca y nos tiramos de los pelos).

Pero bendita la hora que te creamos. Porque nunca seremos Onassis, PERO SOMOS TAN FELICES...

Hemos conocido a gente maravillosa: nuestras lectoras (y lectores) sois ALGO FUERA DE LO COMÚN. A veces nos da la sensación de que en el estudio boleno, en lugar de ser 5, somos 500.

Los ánimos que hemos recibido por vuestra parte nos han acabado CONVENCIENDO de que valemos para esto (sea lo que sea que hacemos jajajajajajajaja).

Y todo sea dicho, estudiar semejante carrera también nos ha servido para tatuarnos en la frente que: ¡NO HAY DOLOR!. Con la diferencia de que ahora SÍ vemos recompensados nuestros esfuerzos casi a diario.

¿Se puede pedir más? Yo creo que no. No sería justo.


Así que permitidme que hoy cambie el tono de nuestros famosos carteles irónicos, por uno que hoy mismo, colgaremos en el estudio:

Hermanas Bolena... gracias por ayudarnos a conseguirlo. ¡Champán para todos! Y que sean 500 más...