Organizar una boda suele tener ciertos contratiempos en función del número de invitados, el lugar escogido y la complejidad o "personalización" del evento en sí.
Sin embargo, si hay un problema prácticamente común, a partir de un número de invitados medio, es controlar el número de confirmaciones y asistencia a la misma.
Por un lado, nos encontramos con que hoy en día miramos mucho más por el dinero, ya sea por causa de fuerza mayor o porque nuestro ritmo de gasto ha bajado considerablemente debido a que tenemos claras ciertas prioridades. Hablando con algunos establecimientos dedicados a la celebración de bodas nos cuentan que se han encontrado con casos de hasta el 30% de "no asistencia", lo que puede suponer 50 invitados menos en una lista inicial de 150 personas.
Por otro, es imposible evitar que ciertas personas se encuentren con un contratiempo pocas semanas antes del día "x": partos que se adelantan, enfermedades malditas que aparecen por sorpresa, jefes que deciden cambiar las vacaciones de la noche a la mañana, etc...
El primer caso es más fácil de manejar porque la experiencia nos dice que si por cuestiones económicas o logísticas te va a ser imposible asistir a tal encuentro, al menos avisas con antelación suficiente. Sin embargo, el segundo handicap se escapa a cualquier tipo de control y por unas u otras razones, podríamos resumir que en el 80% de las bodas, la "lista definitiva de invitados" no está cerrada del todo en los 15-20 días anteriores a la misma.
La gran mayoría de los "novios bolenos" con los que hemos tenido una relación más estrecha, confiesan que organizar las mesas con cierta antelación y dar en el clavo es sin duda uno de los mayores quebraderos de cabeza.
Ya de por sí nos mareamos al juntar a la "tía abuela Pili", con el "vecino del tercero Manolo" porque no hay más mesas donde ubicarles, como para que además Pili no sepa aún si podrá o no asistir porque depende de que su sobrino "que trabaja con turnos cambiantes" la acerque desde el pueblo.
Si no vas a querer un seating plan fuera de lo estándar, es decir, esos folios horripilantes que suelen poner los restaurantes, hoteles y fincas pegados con grapas o chinchetas a una superficie de corcho, no hay problema. Como si les das la lista definitiva esa misma mañana... total, tardan un par de horas en "pasarla a limpio" y 5 segundos en imprimirla.
Pero... ¿y si quieres que tu día sea único y para ello decides personalizar ciertos detalles como un seating plan que además de práctico, resulte decorativo?
Este era el caso de Laura y Dani y... ¿qué se nos ocurrió en el estudio boleno para solucionarlo y que no se tuvieran que conformar con las "grapas"?:
Pues una idea muy muy chula que además no dejó indiferente a ningún invitado: un seating plan al estilo, "recepción de un hotel". Como además la temática de su boda era 100% viajera, el conjunto resultó preciosísimo y súper acertado.
Por un lado, varios días antes preparamos tarjetas craft impresas en negro con números de mesa del 1 al 11. Redondeamos a 10-12 tarjetas por mesa para controlar las "bajas" o "altas" de último minuto. Un día antes de la boda cuando la asistencia era definitiva, cerramos la lista, la ordenamos alfabéticamente y la imprimimos en varias copias que colocamos en unas preciosas carpetas estilo "clipboard" (esas de maderita con pinza). Montamos un marco dorado en el que colocamos unos pequeños soportes para colgar las tarjetitas a las que previamente hicimos un agujerito para anudar un trozo de cuerda rústica.
Los que nos seguís en Instagram sabéis de qué os hablo, ¿verdad? ;)
Aprovechamos la hora y media de cóctel para que los invitados pudieran recoger su tarjeta y así evitamos las aglomeraciones a la entrada del banquete. En menos de 40 minutos, todos sabían dónde se sentaban y además iban localizando a sus "compañeros de mesa":
- ¡Hombre fulanito! ¡Si nos han puesto juntos!
- A ver si a mi mujer la han puesto en otra mesa... (para morir de risa!)
Como de la organización y decoración de esta boda nos encargamos nosotros, en este caso no tuvieron ni que buscarse en la lista porque se lo íbamos indicando de mil amores. La verdad es que nos reímos muchísimo y al ser los novios "amigos íntimos" después de tantos meses preparando su boda, nos encantó conocer y saludar a familiares y amigos que nos trataron con un cariño inmenso.
Esperamos que esta idea os sirva de inspiración... Volvemos muy pronto con más ideas chulas para personalizar vuestro día ¡y vuestra vida!
Y vosotros,
¿cuál creéis que es la mayor complicación de una boda?
Hermanas Bolena... y ahora a preparar los paquetes que saldrán este mismo lunes de nuestra tienda online.
La mayor complicación... qué dar de detalle de boda a las mujeres! Es lo único que nos queda por decidir!
ResponderEliminarBesitos bolenos
ResponderEliminarMuy chulo, sois unas cracks, nenas (se echa de menos una fotico vuestra en esa labor de ubicación-confraternización con los invitados. Que para más inri, estaríais monérrimas de la muerte, ais... ).
ResponderEliminarAbrazotes
Me ha encantado este seating!
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