¿Os acordáis que hace poco os contaba que tenía el instinto maternal desatado? (puedes recordarlo aquí)
Pues eso no es todo. ¿Cómo se llamaría al instinto de querer tener una mascota (aunque sepa de sobra que eso no puede ser)? Porque instinto a-ni-mal no suena muy bien ¿no?.
Yo siempre he sido muy gatuna. Cuando digo siempre, me refiero a desde que tuve suficiente fuerza en las manos como para espachurrar un gatito. En el pueblo todos los veranos teníamos uno o dos, que se iban renovando año tras año según la suerte que corrían. En la casa de Madrid no llegamos a tener gato hasta que yo empecé la universidad (y eso que lo incluía año tras año en la carta a los Reyes Magos xp). Fue entonces cuando llegó a nuestras vidas el aclamado Gato Boleno.
Ahora que me he mudado me tengo que contentar con asomarme a la ventana y ver a los gatos de mis vecinas que me miran desde el alféizar con ojos como platos (los gatos no son muy expresivos) cuando les dedico todo lujo de grititos y piropos. Para mi suerte, mi vecina de enfrente tiene ¡4 gatos!. Tenemos nueva adquisición gatil en el barrio y desde la ventana de la otra fachada, justo la de mi dormitorio, nada más abrir la persiana veo un gatito rubio monísimo metido en su cesta gruñéndole a las palomas.
Estoy un poco mal, lo sé. Aún no he llegado al punto de ir a ese local donde pagas por pasar la tarde rodeada de gatos jajajajajajajajaja pero déjate tú que será de mí cuando vuelva del verano después de estar en el pueblo.
Cuento los días para estar rebozada al sol con el gatito-acosador-de-la-abueli debajo de la tumbona, el perrito cojo con sus ojillos tiernos y el Gato Boleno con sus aires de superioridad.
Al Gato Boleno ya lo conocéis de sobra y tiene hasta su ficha en el blog (click). Desde que llegó a nuestra casa se convirtió en el niño mimado. No se caracteriza por ser el gato más amoroso del mundo, a no ser que a él le convenga, quiera algo o seas la Reina Madre leyendo el periódico... En ese caso se frotará contra ti y no te dejará dar ni un paso hasta que le rasques o consiga lo que quiere.
Odia ver una puerta cerrada porque es cotilla hasta la saciedad. Cuando era pequeño no consentía beber agua si no era en el bidé, puede estar horas y horas durmiendo en una silla y tiene una extraña obsesión con las bolsas de plástico y los bichos.
El majestuoso Gato Boleno ya está deseando pasear a sus anchas por el campito.
El gatito-acosador es todo lo contrario: no te lo quitas de encima ni con agua caliente. No tiene nombre porque la abuelinchi para eso no se complica, todos son "Misi". Llegó por casualidad el verano pasado, como todas las mascotas de la abueli. Era un gato doméstico al que seguramente abandonaron pero como es un magnífico cazador está bien nutrido y es feliz en el pueblo. Le llamamos gato-perro porque te sigue a todas partes así que entre él y el perrito cojo la abuela tiene buenos guardaespaldas. Eso sí, ambos son buenos crápulas y la dejan preocupada cuando no aparecen en varios días por ir a "mozas" como dice abue.
Hay que buscarle un nombre a este gatito guasón...
No me puedo creer que nunca os hayamos contado la historia de Mou, el perrito cojo. Su vida no ha sido nada fácil. Cuando llegó merodeando por nuestra casa ya venía cojito, tiene una pata directamente inservible aunque eso no le ha impedido llevar una vida perruna bastante normal. No sabemos si le abandonaron antes o después de que le atropellase un coche pero su mal carácter y su desconfianza, al principio, ya nos decía que muy bien no le habían tratado. Después de mucho llamarle y porque debía apretarle el hambre decidió dejarse mimar y se acercó a mí un día mientras le ofrecía desde lejos un puñadito de comida del Gato Boleno.
Fue zamparse ese puñadín de "pikicroquis"y le cambió el humor. Cinco minutos después le tenía trayéndome la pelota, un palo, pegándome lametazos y poniéndose panza arriba. Descubrimos que, salvo cuando le tocas su comida o siente alguna amenaza sobre la abuela, es un perrín adorable, súper cariñoso y muy juguetón.
Lamentablemente sus desgracias no acabaron aquel día y poco después de que hubiese decidido "quedarse con nosotros" un perro del pueblo le atacó y le hirió casi de muerte. No podía moverse y tenía una herida en el lomo. No nos conocía tanto como para dejarse curar y a duras penas pudimos aliviarle un poco. En cuanto pudo andar desapareció.
Días y días estuvo escondido y no acudía a nuestras llamadas. Cuando nos temíamos lo peor volvió, sucísimo y con la herida a medio curar pero con muchos mimos y comidita rica se repuso en ésta y en alguna ocasión más,
Pero es un perro tan rico que es imposible no quererlo. Lo quieren en todo el pueblo, acompaña a la abuelinchi a todas partes y la vigila junto con el gatito. Se vuelve loco cuando vamos y corre que se las pela a nuestro encuentro con sus tres patas sanas y su pata bailonga. Y esa expresión en la cara que me hizo empezar a querer también a los perretes.
Mou enternece hasta al Padre Boleno con su mirada perruna.
¿Qué animalico nuevo aparecerá este año por el albergue de abandonados y tullidos en el que se ha convertido la casa de la abuela?
Mientras llega Agosto y ponga rumbo al Bierzo yo seguiré haciéndoles carantoñas a los chuchos, chihuahuas y gatunos de mi nuevo barrio y pegándome a los cristales de las tiendas de cachorretes de los centros comerciales, miaj.
¿Quién os ha gustado más: el Gato Boleno, el Gato Rubio o el perrito cojo?
Hermanas Bolena ... Ya os contaré otro día la historia de Lola y Camilo...
Ay !! Yo soy otra loca de los gatos, aunque desgraciadamente en casa de mi reina madre solo puede haber 1 habitante. No se aceptan más. Ni con caras tristes, ni con caras alegres. Cuando se murió mi primer gato, tipo gato bolenero, traje a otro que no nos salió muy bien. Un mal criador nos engaño y estaba malo si y malo también......pero luego vino Danza. La revolución y el amor de todos los vecinos. Yo creo que le voy a formar un grupo de fans en facebook jeje. Tras leer lo de las palomas, me ha recordado a ella jajaja ¿Qué obsesión tendrán los gatinos con las palomas? Ella por una paloma ma-ta! Espero que paseis un buen verano y que crezca el refugio de la abuela ^_^
ResponderEliminar¡Hola Laura!
EliminarDale muchos besos a Danza de nuestra parte :) Esperamos que siga amando las palomas y no le de por los murciélagos como a nuestros gordinflas. No hay nada más "puaj" que ir a rascarles y ver que bajo la pata tienen un botín con cuerpo de ratón y alas... ¡yo salgo por patas!
Un besazo enorme y mil gracias por comentar :)
Ana B.
Bueno, como yo soy gatuna por excelencia prefiero los gatos, aunque los chuchos me gustan también, cualquier raza y condición, soy pro-animalera así que me alegro mucho de que haya gente como vosotras que socorre a un animal herido o lo adopta sin más.
ResponderEliminarYo tengo tres gatas, cada una con su carácter: Guindilla a sus 10 añazos sigue pensando que es una cachorrilla, conmigo claro. Canela está como una peonza de gorda, tranquila, dormilona y pasota pero le encanta que le rasque la barrigota y la última Indiana, de 1 año, alias la Terri o demonia, es toda una ejemplar juguetona, bicha a más no poder que no deja a las otras dos tranquilas, pero eso sí, es amorosa (se tumba a mi lado, me echa la patita por encima y me mira con ojos de corderito, tres lametones y hala, a correr otra vez)
Hace poco estuve tentada de adoptar un galgo (por aquello de las perrerías chungas que les hacen) pero no cabemos en casa, era el perro o yo... preferí quedarme yo porque a ver el resto de mi manada (incluidos los dos humanos más con los que comparto casa) qué iban hacer sin mi... al fin y al cabo soy una hembra alfa, jajajaja
Besos chicas.
Jajajajajajajajajajajajajajaja... ¡Guindilla, Canela e Indiana "alias la Terri"! daba la vida por verlas en directo!!! de verdad que me parto con vuestras historias gatunas y perrunas. Lo de que "está como una peonza" me lo apunto porque me ha parecido simpatiquísimo.
EliminarMil gracias por contarnos Manderley!
Ana B.
Yo soy de perros, y Mou me ha parecido en-can-ta-dor. Pobret, qué penita da lo que contáis, pero qué alegría que haya encontrado tanto cariño y mimos con vosotras.
ResponderEliminarA mí mi madre me temía cuando era pequeña: me subía a casa todos los perros abandonados que encontraba. "Es que es tan monoooo", "Es que me ha seguido", "Es que tiene hambre, pobrecitoo"... Enfin, mi pobre madre amenazaba cada vez con "O el perro o yo". Afortunadamente (para mí y para los perros) se quedaban ella ¡y ellos! (¡qué santa!). Cuánto la entiendo ahora que mi peque con 6 años ¡ya apunta maneras!
De todos los perritos que adopté recuerdo en especial a tres. El recuerdo más triste fue el de un cachorrín al que apenas nos dio tiempo a poner nombre siquiera... Estaba comidito de garrapatas y alguna enfermedad tendría porque se nos murió a los dos días de recogerlo (¡cómo lloré!).
Otro, un precioso cruce de alsaciano con pastor alemán era un alma libre: ¡lo recogí 3 veces! Se escapaba, pero seguía por el barrio y cuando nos encontrábamos de nuevo me lo volvía a llevar a casa. Se llamaba Athos.
Y el último, al que bautizamos Boomer porque era igualito que el de una serie alemana que emitían por aquél entonces, después de estar con nosotros 2 años, ¡aparecieron sus dueños! Recuerdo la mezcla de emociones cuando se encontraron perro y amos. ¡Me quedaba sin Boomer (que se llamaba Toby)! Pero los dueños fueron súper enrollados y al verme la carita de circunstancias, me compraron un pekinés (al que bauticé Chimo, como el hijo de uno de los dueños), que me acompañó muuuuuuchos años… y con él acabaron mis andanzas de adoptante perruna sin freno.
Ahora, como decía más arriba, me veo en unos años haciendo de mi madre, poniendo coto a los impulsos altruistas de mi pequeña, que se llevaría a casa todo bicho que ve por la calle. De momento, la contengo yendo a refugios a hacer un poquito de voluntariado paseando a los perrotes. Pero no sé cuánto durará…
Gracias por el post, una vez más.
Un abrazo,
MyG
PS: los sellos para la profe de mi peque… ¡UN É-XI-TO!
Hola Myriam,
EliminarMe ha emocionado un montón tu comentario. Me hubiera gustado leer 10 párrafos más aunque tenía nudito en la garganta. Millones de gracias por dedicar un rato a contar tu historia, ha sido preciosa, como tú. Ojalá tu nena sea igual de altruista porque aunque te lleve por la calle de la amargura montar un hostal de perretes, significará que los buenos dones no se extinguen :)
Mil y millones de besos y nos alegramos muchísimo del éxito de los sellos bolenos para la profe.
Muaa!!!
Ana B.
Mi madre crió a nuestra gata Susi con un biberón de esos de jueguete que traían anisillos de colores. La había encontrado mi abuelo entre unos escombros al lado de su madre muerta. Ella, en su promiscuidad, nos proporcionó cuatro gatetes: uno para cada uno de la familia. Betty la de mi madre, era de cuatro colorcetes y de carácter muy dócil, Kari (de Karina la cantante) una gata romana grisácea y elegante, para mi padre, Pipi, un gatete negro para mi hermano, tan limpio que salía a la calle y volvía siempre a la carrera a hacer sus cositas en el patio casa ( en su caja con arena, vamos) y Piluchi que pese a su femenino nombre, (una era pequeña y no sabía de sexar gatos, jiiiii) nunca me guardó rencor y fue mi cariñosete gato rubio. ¡Y qué felices nos hicieron! Puedo decir que aún los quiero. Y los quiero de una manera fresca e inmediata, como si no se hubieran ido. Y espero que siga siendo así.
ResponderEliminarTambién yo me pego como una lapa al cristal de esas tristes tiendas de luz artificial de los centros comerciales cuando veo a un gatete... Ais... Si mi hija no fuese alérgica (de ponérsele los ojos fuera de las órbitas, cual criada de la sta. Escarlata) ya tendría uno.
No huyas más de tu destino y ten ya a tu gatete... Hazlo por ti ( verdad y, también, a la vez, mentira podrida a la vez, o sea, hazlo por ti y por nosotras: por los jugosos sucedidos que de tu gatete nos ibas a contar...)
Abrazotes
Ay ay ay!!! Que alegría saber que la abuela Bolena es berciana!! Y que las hermanas bolenas pasan el verano en esas tierras!!! (creo que no se ha notado que tenéis una seguidora por estos lares!!!) disfrutad del verano a orillas del sol que como acompañe el tiempo aquí nos torramos como pollitos asados!!! Un besazo enorme desde el Bierzo!
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